El agresor, en un estado de extrema alteración y ajeno a la realidad tras el posible consumo de sustancias alucinógenas, continuó mostrándose altamente violento incluso después de ser separado, llegando a golpearse a sí mismo y poniendo en riesgo tanto su integridad como la de los trabajadores.
Desde ACAIP-UGT volvemos a poner de relieve el grave problema que sufre el sistema penitenciario español ante la falta de médicos que puedan intervenir en situaciones de esta naturaleza, en las que es imprescindible una actuación facultativa inmediata para medicar a un interno con evidentes síntomas de intoxicación.
Los funcionarios de servicio actuaron con diligencia, pero comprobaron cómo uno de los internos continuaba con una actitud extremadamente violenta, llegando incluso a autolesionarse mediante mordiscos, lo que obligó a una intervención rápida y de alto riesgo.
Ante la ausencia de médico en el centro, fue necesario recurrir al Servicio de Urgencias 112, cuyo facultativo tuvo que administrar finalmente el tranquilizante necesario para controlar al interno y atender al herido.
ACAIP-UGT denuncia que esta carencia de personal médico provocó un retraso inasumible en la aplicación de una medida sanitaria urgente, con el consiguiente riesgo para los trabajadores y para el propio interno.
Esta ausencia de facultativos no es un hecho puntual. El déficit médico en las prisiones dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias supera ya el 70%. En el Centro Penitenciario de Valdemoro, de los 11 médicos previstos en la Relación de Puestos de Trabajo, solo 3 están en activo.
Para ACAIP-UGT, esta escasez constituye un riesgo directo para:• La salud de los internos,• La seguridad de los funcionarios,• Y el correcto funcionamiento del centro penitenciario.
Es imprescindible la adopción de medidas urgentes para paliar el déficit sanitario en unas prisiones cada día más conflictivas y con graves carencias de atención médica derivadas de la dejadez institucional.