En la jornada del 18 de diciembre, un interno que presentaba episodios de alucinaciones y un evidente estado de alteración mental fue atendido en la enfermería del centro por los servicios médicos. Tras ser estabilizado, fue acompañado de regreso a su módulo por un funcionario y una funcionaria.
Durante este traslado, y sin mediar palabra ni provocación alguna, el interno se giró bruscamente, se colocó frente al funcionario y, tras gritar “soy el diablo”, le propinó un puñetazo, causándole lesiones que requirieron atención médica en el propio centro.
Desde ACAIP-UGT queremos destacar la profesionalidad, responsabilidad y templanza de los trabajadores penitenciarios, que desarrollan su labor diaria en un entorno de riesgo permanente, asumiendo funciones que exceden con mucho sus competencias ante la ausencia de recursos sanitarios adecuados.
Los funcionarios de prisiones de vigilancia están siendo obligados a gestionar crisis psiquiátricas graves sin ser personal sanitario, sin formación especializada suficiente y sin respaldo institucional, poniendo en peligro su integridad física y psicológica.
Este suceso no es un hecho aislado, sino la consecuencia directa de una gestión penitenciaria deficiente, especialmente en materia de salud mental.
Las prisiones no pueden ni deben convertirse en contenedores psiquiátricos. No están diseñadas, dotadas ni legalmente preparadas para asumir esta realidad creciente.
Recordamos que los hospitales psiquiátricos penitenciarios únicamente pueden albergar a internos condenados a medidas de seguridad privativas de libertad, pero no a presos preventivos ni a penados con condena ordinaria, aunque padezcan graves trastornos mentales.
Esta laguna legal y política provoca que personas con patologías psiquiátricas severas permanezcan en centros ordinarios, sin tratamiento adecuado, generando una situación de riesgo permanente e inaceptable.
Desde ACAIP-UGT exigimos de manera inmediata:
La Administración no puede seguir sin reaccionar, Cada día que pasa sin actuar es una irresponsabilidad consciente que pone en peligro a trabajadores e internos.
Desde ACAIP-UGT exigimos actuaciones claras e inmediatas, porque la seguridad en las prisiones se defiende con con medios, personal, atención sanitaria y voluntad política.